El mundo ha desplazado todos sus esfuerzos a la contención y ahora mitigación de los contagios por COVID-19. Las diferentes esferas sociales, ambientales, jurídicas, económicas y de salubridad giran entorno de una realidad ineludible, una realidad que conmocionó las dinámicas relacionales, nuestro día a día, nuestro aquí, nuestro ahora y la salud mental de miles de personas alrededor del mundo.
Ahora bien, al no tener precisión hasta cuándo va a durar esta situación, ni cuáles son las consecuencias exactas, los niveles de incertidumbre podrían crecer, incrementando el malestar psicológico en los empleados o colaboradores, el cual puede provocar situaciones de bloqueo que conllevan efectos en la forma en que enfrentan el día a día a nivel personal y profesional.
¿Qué emociones se pueden experimentar?
Dadas las circunstancias de la situación, la emoción que experimentan las personas con mayor frecuencia es el miedo, el cual es necesario dentro de la emergencia sanitaria que enfrentamos, pues nos permite estar a salvo y evitar comportamientos de riesgo.
No obstante, en algunas ocasiones esta emoción puede incrementarse debido a la incertidumbre de tener que enfrentar esta situación inesperada y novedosa para muchos.
Por otra parte, como consecuencia de los cambios en la dinámica de la vida, las personas pueden experimentar frustración, la cual, bajo algunas circunstancias puede ser proyectada en los miembros del hogar con los que comparte el aislamiento, afectando la armonía y la dinámica relacional. Frente a esto, describimos a continuación la ruta para valorar y abordar los posibles casos asociados a la afectación psicológica producto de la emergencia sanitaria:
- Mantén comunicación individual y/o grupal, de manera permanente, con las personas que conformar tu equipo de trabajo:
La comunicación es un mecanismo al alcance de todos y su uso puede ser o no causa de riesgo psicosocial, por lo cual te motivamos, como jefe de área, a emplear las herramientas de comunicación disponibles para mantener contacto permanente con tus empleados o colaboradores a través de: llamadas, mensajes al WhatsApp, correos electrónicos y reuniones grupales de manera virtual para validar sus experiencias durante la ejecución del trabajo en casa y frente al aislamiento.
- Identifica cambios abruptos a nivel emocional y comportamental en tus empleados o colaboradores que puedan ser señales de alarma:
Frente a la situación actual, lo más sano sería permanecer tranquilos a nivel emocional. No obstante, esto puede ser un desafío para algunas personas, pues podrían enfrentar pensamientos intrusivos que generan malestar.
Para tener un panorama general de la forma en como nuestros empleados o colaboradores y sus familias están llevando su proceso de aislamiento y poder identificar señales de alarma trata de abordar el tema a través de preguntas tales como: ¿Qué estrategias han usado como familia para sobrellevar el aislamiento?, ¿Qué cosas se le han facilitado y que cosas se le han dificultado durante el aislamiento?, ¿Qué emociones han experimentado frente a la emergencia y frente a los cambios en la dinámica de la vida?
- Facilita el acceso a profesionales en salud mental:
Si percibes que alguno de tus empleados o colaboradores o familiares puede estar presentando dificultades de adaptación en el proceso de aislamiento, remite el caso al área de talento humano o un profesional de la salud mental (psicólogo) para que pueda recibir apoyo.