Las mascotas son sinónimo de compañía, cuidado y amor incondicional; a través de sus expresiones (ya sean ladridos o maullidos) nos demuestran su fidelidad y cariño, además de aportarnos esa dosis extra de alegría con cada una de las travesuras que suelen hacer.

Contar con una mascota en casa es permitirnos la posibilidad de afianzar nuestras relaciones emocionales y tener otras actividades para realizar.

• Las mascotas despiertan el sentido de responsabilidad, sobre todo en los más pequeños de la familia, ya que sienten el compromiso de su cuidado y protección.
• Nos ayudan a realizar actividades físicas. Un paseo al parque es un buen motivo para empezar a ejercitarnos, ya sea con juegos o una trotada por el camino.
• Contribuyen a mejorar nuestras relaciones o habilidades sociales, ya que nos permiten interactuar con otras personas que tienen igual afinidad por las mascotas.
• Favorecen la organización de nuestro tiempo. En otras palabras, nos ayudan a ser más ordenados con nuestras rutinas, ya que ocuparnos del cuidado de una mascota nos obliga a sacar lapsos de tiempo para atenderles.
• Ayudan a aflorar nuestras emociones, pues las mascotas son una fuente de cariño inagotable que sirve para canalizar sentimientos como el amor, el cariño y la fidelidad.
• Reducen el estrés familiar, pues existe un tema de conversación que puede aliviar o disminuir los problemas internos.
• Se convierten en los mejores amigos de los niños, ya que comparten más tiempo juntos a través de juegos o paseos.

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